LA MUERTE EN MADRID 1939 DE RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN




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LA MUERTE EN MADRID 1939








Autor: Raúl González Tuñón
"UN LIBRO RESCATADO DEL OLVIDO"

LENGUA DE PUBLICACIÓN Castellano
Mayo 2006
N.º DE PÁGINAS: 96
ILUSTRACIONES
TAMAÑO 22,5 X20,50 cm-
papel blanco estucado mate 120 g.
COSIDO hilo vegetal. TAPAS cartulina 280 gramos. . BRILLO PLATIFICADAS
Impresión 4 colores Con solapas
TIRADA 6.000 EJEMPLARES
TIPO DE PUBLICACIÓN POESÍA
P.V.P. Argentina 100 $ Europa 20



Por esas omisiones imperdonables que tiene el olvido, La muerte en Madrid es una de las obras menos conocidas de Raúl González Tuñón. Este poemario, que es un canto a la resistencia de los madrileños durante la Guerra Civil Española, se editó por primera vez en 1939. Hasta hace unos días, encontrar un ejemplar de ese texto emblemático en las librerías de usados era un milagro o un golpe de suerte. La poeta española Pilar Iglesias, coordinadora del Taller de Poesía de AUPA (Asociación Unión de Profesionales Artistas y Otros por los niños del mundo), decidió saldar la deuda que el mundo de habla hispana tenía con el autor de El violín del diablo y después de dos años de esfuerzo y trabajo de hormiga acaba de reeditar el libro, con una tirada de 3000 ejemplares. “La patria de un poeta es la lengua”, dijo durante la presentación en el café Tuñón. La escucha muy atenta la esposa del poeta, Nélida Rodríguez Marqués que junto a otras personalidades del además de otros reconocidos personajes del ambiente literario.


“No es lírica de desván, es sangre que se inflama en palabras que culminan en música, para volver a las calles donde a las voces de Lorca y Machado le repican ¡Libertad querida¡
Todo lo registra, inventando formas para la iconografía revolucionaria desde la aurora del toro y la paloma. Madrid es sentida como madre universal del nacimiento y de la muerte, consagrada por el fuego, nombra a esta ciudad novia del Mundo a la que festejan los hambrientos de vida. “
poemas de LA MUERTE EN MADRID 1939

MADRID

Lágrima abierta, corazón adentro,
estoy al fin bajo tus arcos mártires.
¡Descúbreme otra vez! Yo soy América.

Fundadora del 5º Regimiento,
loba de las milicias iniciales,
inventora del 7 de Noviembre,

sangre dadora universal tu sangre.


Vengo directamente de tu tierra,
estrictamente de tu sangre.

Creadora de Líster, de Modesto,
de Durán, de Galán, del Campesino,
qué calientes arroyos te socavan
de ceniza y de sangre.

Capital del coraje, capitana,
sin secretos, desnuda, sin orgullo,
te apareces ahora con un viento
de pólvora final y nuevo mundo.

¡Cómo estás desgarrada y delirante!
Catedrales sonoras y violentas
levantas de tus ruinas,
novia del aire.

Superando un dolor de niños muertos
estás recién parida, sonriente,
en las colas del hambre y los aviones,
novia de la muerte.

Yo no conozco nada, ni la música,
que me consuma como tu ardimiento,
que me remueve como tu martirio,
novia del fuego.


De todas partes hacia ti venimos
con fusiles o versos a tus muros.
Flamante capital de todas partes,
¡novia del mundo!

Madrid, abril de 1937



LA MUERTE DEL HÉROE


(Buenaventura Durruti)
"Tiene usted una cultura
de Biblioteca Sempere" (En el café)

Juego de la linterna y el gatillo
lo veo en el retrato del prontuario,
de frente, de costado, con un número,
con un cabello turbio y despeinado.
(Sólo faltaba arriba una paloma
con algo de furioso y delicado.)

Lo veo en vestíbulo del Banco
donde están los ingleses,
en pleno mediodía del asalto,
multiplicado en los espejos cóncavos
de parque de atracción y policía,
clima de enfermería y tren ligero,
aire de boletín de última hora
subiendo en el coraje desatado
la escalera del miedo.

Lo veo en las polémicas del hierro,
en los locales de los sobresaltos,
en las noches del cuero y el cemento,
en los subsuelos de la harina,
en las llanuras del asfalto,
en los techos del vino y el petróleo,
en las vigilias de tabaco y sebo,
en las orillas de los sindicatos
con luna presidiaria y ateneo.

Lo veo derramando plomo y oro
por las huelgas del mundo, comandante,
lejos aún de la bala de plata
fundida para él un siglo antes.

Lo veo por los muelles del acero,
por los enlaces ferroviarios,
por las traseras de los frigoríficos,
por las tabernas de los jornaleros
y el paredón del arrabal llovido
cuyo revoque evoca todavía
su perfil bondadoso y pistolero.

En donde yacen los himnos anarquistas,
entre tahonas, libreros de lance,
novias de fugitivos y retratos
de Francisco Ferrer ya fusilado;
durante el heroísmo sin consignas,
antes del cine y de los comisarios
oh, qué auténtica entonces
su mezcla de cordero y de leopardo,
qué madurez crecida de repente,
qué francotirador y Jesucristo


su corazón, perdido por noviembre.

¡Desciendo la bandera hasta el cadáver!
Me encamino al espectro preferido,
vuelvo a ver una calle con un río


RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN es un gran pintor. Pinta las balas de la muerte y un Madrid de humo y niebla. RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN, anduvo de frente en el frente; allí donde caían los mejores; y se le puede uno imaginar comiendo el pan viejo de las trincheras.Un libro, LA MUERTE EN MADRID. Un libro de poesía. Un cantar lírico a una ciudad y sus gentes en una dura existencia: la guerra; un canto donde el poeta fricciona la lengua en el decir de Pellegrini, para crear un cielo que se mira desde el futuro, un aire que nos envuelve con olor a vida en el mismo centro de la muerte. Un libro que da vida como una piedra preciosa. Los poetas son buscadores de piedras preciosas para regalárselas a los otros. Piedras preciosas la Libertad. Dicen sus versos: “nosotros tenemos vergüenza, la Libertad no la tiene”